Saturday, July 14, 2012

Tortugas y el grupo Katelios en Kefalonia

Hace algunos meses postulé para trabajar como voluntaria con tortugas marinas (Caretta caretta) en Grecia.
Ahora heme aquí en la hermosa isla de Kefalonia rondando playas en busca de tortugas anidantes. Snorkeleando en el mediterráneo transparente mirando como el viento submarino peina los pastos.

Estos primeros diez días me quedé en una casa en el pequeño pueblo de Ratzakli con unos 15 voluntarios más. Casi todas hembras inglesas, algo de gringolandia, de Canadá, de Irlanda, España. Toda una nueva etapa de amplia socialización, redescubrir lo que es estar rodeada de nuevos entes luego de tantísimos meses.





Nuestras labores son principalmente caminar y caminar por Mounda Beach, las playas de Kaminia y Potomakia (no estoy segura si así se escribe, piano piano con el griego).
Nunca he conocido una playa tan bien como esta.
Turnos nocturnos de 10 de la noche a 6 de la mañana caminando bajo las estrellas y la muna menguante a la espera de que alguna de estas mujeres prehistóricas intuitivamente decida salirse de su medio acuático para cavar un agujero y depositar sus 100 huevos con forma de bola de pingpong.
Turnos mañaneros buscando huellas.
Turnos de media tarde conversando con los turistas, contándoles sobre las tartarugas.




Y son seres increíbles que llevan millones de años sobreviviendo. Recién ahora en peligro.
Nacen tan pequeñitas. Su sexo depende de la temperatura de la arena, las nenas son calientes, los chicos más fríos. Se abalanzan al mar guiadas por la luz que en él se refleja. Algunas llegan, otras no logran salir del huevo, o se desvían con las luces de hoteles, o se deshidratan en el camino.
Las que llegan al agua se guían por las olas y ondas electromagnéticas para internarse en la mar donde les esperan entre 12 y 20 años para llegar a ser 600 veces más voluminosas. Sólo una de cada 1000 lo logra.
Ya adultas vuelven a la playa donde nacieron, a aparearse y poner sus nidos.

He visto unas cuantas bajo el agua, volando con sus aletas de grácil bailarinas. Comiendo pequeños moluscos con su pico inverosímil.
Vi una sola mientras ponía su nido. La recordaré siempre frente a la luna en su baile frenético para camuflar ese secreto de redondeces brillantes.



La isla es bella. Olores y sabores salvajes por doquier. Higos, ciruelas, peras, tomates, romero, tomillo, jazmín. Es todo fresco aquí en Grecia. Vivo de pepino, tomate y feta.
Arrendé un auto par de días con algunas nuevas compañeritas. Recorrimos antiguos fuertes, coloridos monasterios, pequeños pueblos donde los viejos se sientan a tomar café helado y mirar el horizonte lleno de viñas. Playas tan celestes de piedras lisas y blancas.
Casi se olvida uno que está en el mismo territorio helénico aquejado por la crisis y la inseguridad. Las islas son terrenos del turista. El griego sólo aparece en pequeñas interacciones, con el clásico chofer enojón y gritón o el amable panadero que regala galletas a los voluntarios.













Ahora me tomé pequeña pausa para ir a Atenas y comenzar a procesar mi visa para India.
Por suerte Linda querida también estaba ahí así que me alojé con ella en la enorme casa ocupa de Atenas, 4 pisos donde solía habitar Maria Callas.
No conocí mucho de esta gran ciudad pues el calor nos tenía plasmadas en estado alfa frente al mejor amigo, más conocido como ventilador. Por suerte podíamos ver el acrópolis desde el techo.
Igual de lo poco que conocí, algunas plazas, el delicioso mercado de pescados y frutas y verduras, el restaurant subterráneo comunista donde te traen deliciosos platos y vinos sin que haya que pedir nada.
Tiene tanto de Santiago esa ciudad. Al menos del centro. El desorden, la arquitectura, la estación de bus. Me sentí como en casa, sólo que sin entender nada de lo que dice la gente.





Ahora vuelvo a nueva etapa en Kefalonia. A seguir con las tortugas, pero desde un camping que queda cerca de la ciudad principal.
A ver que nos traerá.

Yasas

2 comments:

  1. En un curso de griego tomado años ha nos enseñaron la poesía de la tortuga: "I chelona i mariori metin kokalenia raji…" comenzaba.

    Me parece la raja tu voluntariado. Recuerdo que cuando estabas aquí era un potencial simple no más.

    Congrats!

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    1. Así que curso de griego!
      Qué idioma más complejo y lindo. Estoy disfrutando intentando aprender... a ver si agarro ese poema :)

      Siii, la semilla comenzó allá en su hogar. Por suerte germinó!

      Saludos!

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