Tuesday, March 13, 2012

Isla del Sol

Ya en el bote camino a la isla iba yo un poco agotada de lo turístico que era de todo desde Copacabana. Para más remate me equivoqué de destino en la isla, yo debería haber ido al lado norte donde estaba el alojamiento barato y con cocina, pero llegué al lado sur.
Pero bueno, como siempre que uno se pierde, otras cosas encontré : )


Entre el enjambre de niños ultra pequeños que te ofrecen alojamiento, uno logró atraparme con la promesa de alojamiento barato y disponibilidad de cocina (lo más importante du mundu!). Y claro, además tuvo la paciencia de acompañarme los 50 o algo así jadeantes minutos que me tomó subir la empinadísima Escalera del Inca. Y es que escalar a 4 mil metros de altura no es juego de niños! O más bien lo es, pero sólo de los niños de la isla.
Yo ya me tropezaba con cada rincón entre cansada y embobada por el detalle de la escalera misma. Cada piedra bien puestita en su lugar para los incas que venían de viaje espiritual. Tanto más llena de significado y cariño que una alfombra roja.

En el camino al alojamiento y ahí mismo conocí al encantador Dani, un gallego que me dice que es chef, pero no sé si creerle luego de dos noches de intentar cocinar arroz y quínoa durante más de 40 minutos y no lograrlos (él lo achaca a la altura, yo la verdad no sé...)
Y el primer atardecer ya me dejó boquiabierta viendo el nevado del Illampu desde el mirador y más tarde una luna casi llena asomándose sobre el lago dibujando el místico camino de plata.



Al día siguiente con Dani caminamos al lado norte de la isla bajo un sol radiante que nos dejó más que bronceados.
La isla entera es un puzzle de terrazas sembradas con habas, maíz, papa y quínoa. Las familias trabajan juntas durante el día, más que nada arando mientras estuvimos ahí. Y uno que camina sobre estas piedras llenas de fósiles y huellas dactilares del tiempo.




Y hay mucha historia en la isla, pero lo cierto es que fue poco lo que aprendimos. Visitamos las ruinas de las piedras sagradas y yo no podía dejar de pensar que cada piedra de esa isla era sagrada. O los laberínticos templos del sol donde los incas iban a meditar, y nosotros, espiritualidad vana, no podíamos evitar distraernos con las playas mediterráneas que parecían llamarnos a gritos.


Fue suerte divina la nuestra de dos días de sol intenso en la isla, cuando hace casi un mes que venía lloviendo todos los días. Y cada atardecer más lindo que el anterior con pagodas de nubes dibujadas en el horizonte.


La gente de la isla también es muy especial. Parecen ser algo más abiertos que la mayoría de los bolivianos que son súper reservados. Y todos trabajando arduo en el campo.
El segundo día, subiendo de una hermosa bahía que encontramos y en la que estuvimos horas de chapuzones y jugar con las piedras de todas formas y colores y fósiles y minerales.
Íbamos subiendo detrás de unacholita que habrá tenido unos 50-60 años y llevaba en su espalda el agüayo cargadísimo de habas. Yo, ser galante, le repetía que le ayudaba, que me diera la mitad y ella no me pescaba mucho. Cuando se dio vuelta finalmente y vio a Dani decidió que bueno, que un hombre sí, y le pasó el cargamento que al parecer andaba por los 15 kilos.
Y así es la cosa. Subiendo y bajando con los productos de la tierra y el ganado el día entero.





Estuvo hermoso el tiempo en la isla, como un pequeño veranito playero. Pese a que no aprendí mucho de su historia, una vez más me sorprende la variedad de geografía de Bolivia, que aunque sin mar cuenta con estas playas paradisíacas.

Y ya eso fue el fin de Bolivia para mí. 3 días menos de un mes y me quedaría al menos uno más pues muchisisísimo me faltó por conocer. Y el conocer nunca termina...

Ahora en Puno. Ya medio alucinada con el cambio en la variedad de comida y eso que aún estamos en el lago.
Ya se verá adónde se dirige el bote, que el país entero parece estar sumido en el mundo de los aluviones y las lloviznas constantes.



2 comments:

  1. que tal la cholita?...que habra pensado mientras tu le ofrecias llevar la carga? shhhhhh que se cree esta flaca que tienes mas fuerza que yo?? Bellas las imagenes y que bueno que Bolivia te despidio con zzzzol!!!

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  2. Sii! Y ando con suerte pues el sol nos ha seguido aquí en Perú! Ojalá que ande por Welly también iluminándoles los días!

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