Friday, July 6, 2012

Bologna y Patras

Mi paso por Bologna fue gestado por el azar.
Excelente azar pues la ciudad era maravillosa, además había un festival de cine y además casualmente mi prima pasaría por ahí al mismísimo tiempo.

Lllegando, lo primero que te golpea es el húmedo calor.
Pero un alguien, cuyo nombre desconozco, sabio personaje, decidió poblar las callesicas de hermosos arcos y galerías. Así se puede recorrer casi toda la ciudad cobijado del sol.
Es explosiva de colores. Las construcciones rojas, ocres, naranjas, amarillas. De persianas verdes donde mujeres gritonas sacuden alfombras.
Más que salpicada de conventos, torres, catedrales, fuentes, monumentos. Donde la antiguedad de cada piedra produce un cosquilleo en las manos y el repique de las campanas resuena en la caja torácica.











Días de perderse en las calles. Pasando 4 y 5 veces frente a los cafecitos y librerías del alucinante barrio universitario, el más antiguo de todos! Visita al espeluznante fascinante museo de cera de anatomía, donde se muestran todo tipo de deformaciones que datan del siglo 18. Visita a la escuela de bellas artes cuyos pasillos están llenos de esculturas clásicas. Así da gusto estudiar.











Harto de salir a comer en esta que dicen es la ciudad con mejor cultura culinaria de Italia. Y nada que alegar. Entre los tagliatelle ( o como se escriba), el prosciutto, los quesos, mascarpone y los fantabulosos gelattos. Buenas y no tan buenas cenas nos mandamos con la Vale y el Maxo que incluso se embarcarían en un pequeño curso de cocina (espero probar esos gnochis cuando vaya a Chile!). Ellos ya avezados viajeros de las europas, tenían los mejores  datos para todo tipo de alimento, transporte y alojamiento. También llevan varios meses en el camino y se les nota en la sonrisa. Buen encuentro!









Por último geniales pelis en el festival. Tanto dentro y fuera de la sala ya que de noche, con impresionante calidad, se desplegaba una pantalla gigante en la plaza mayor proyectando tesoros del pasado. Mención especial se lleva la notable sobreimposición de una peli de Jacques Demy con el partido Italia/Inglaterra. Los apasionados gritos del pueblo, que ganá a penales, realzaban azarosos momentos de la historia. Y los italianos son tanto o más apasionados por el fútbol que los chilenos.
También para mí fue genial la presencia de Agnes Vardá con su ficción/documentalismo. Tercera vez que esta maravillosa mujer aparece en el camino de mi viaje...





Ahora ya en Grecia. Más oriental, más caótico. Otra cosa marisopa.


A Patras llegué en un ferry de 25 horas desde Ancona.
Deliciosa travesía sobre la mare, durmiendo bajo el barcote salvavidas junto a una pareja de un extraño país que no conozco. Yo los miraba curiosos mientras hacían sus rezos antes de dormir. Ellos me miraban curiosos mientras hacía yoga por la mañana.
Barco-flecha de occidente a oriente.


Y en Patras aterrizé donde lindísima Linda que tampoco veía hace años.
Me recibió acogedora en la casa ocupa donde habita junto con algunos otros anarquistas. Y muchísimo pude aprender sobre la histooria socio-política de Grecia (que livianita no es) y sobre anarquismo.




                                     

Acá no hay espacio/tiempo para expresar mucho de eso. Sólo podría decir que en Patra conocí a gente que se despierta a apropiarse de las calles, a pintar los edificios institucionales de los colores que llevan escondidos bajo sus estructuras clásicas, a imaginar otras formas de ser y de hacer.A cuestionar sistemas, jerarquías, descubrir que la violencia no es sólo física.

Me impresionó también abrir los ojos al mundo de los imigrantes a Europa. Los que vienen de países como Irak, Afganistán, los que vienen de África, de Turquía. Muchas almas (x al año) que sienten la necesidad de escapar de sus raíces para buscar nuevas oportunidades y entran por Grecia. No diremos que los reciben con los brazos abiertos.
El tema de los muros y las fronteras. Entre los países, los idiomas, las personas de distintas tonalidades y vestimentas.
Cómo aprender a enriquecernos a través de la permeabilidad de nuestros muros. Si hasta nuestras células pueden.


                                                  

Pero no sólo de anarquía se vive en Patra. También está la ciudad que para mí canta ecos de un Chile ochentero, de ciudad balneario. Y está la playa y el sumergirse por vez primera en el mar Jónico, transparente y azul.

Ser sombra de esta súper-heroína suiza, luchadora de otda causa, políglota de las almas compasivas y gozadora del entorno. Lindísimo como sólo puede ser recorrer con Linda y Zofi, aprediendo algo de este laberíntico griego.
Muchas gracias querida amiga!












Ahora ya instalada en la vida playera y tortuguera. Sin mucho acceso a internet. Y ya pronto más sobre questo.
Yamas!


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