Tuesday, June 26, 2012

Lausanne o una semana con Sotito

¿Quién fue que dijo que Suiza era un país aburrido?
Más de uno me imagino. Incluso algunos de sus habitantes lo reafirman.
A mi punto de vista es pura música, playita, queso, vino y chocolate...

Me quedé donde el grandioso Sotito a quién no veía hace como 4 años.
La última vez habrá sido en Chile, compartiendo una cerveza. Ahora fue lo mismo, sólo que hoy por hoy se trae un contrabajo bajo la manga.
Yo me declaré su sombra por semana entera. Y era en realidad un genial espectáculo ver a este hobre intentar maniobrar su elefantiástico instrumento subiendo y bajando las adoquinadas calles de la Suiza. Algunas veces incluso me pareció que el contrabajo lo llevaba a él. Debe ser el jazz que se mete en las venas. O quizás unas cervezas de más.

                                         

Y este país es en realidad bastante postalezco.
Casi todos los días nos zambullimos en el bellísimo lago de Lausanne.
Caminatas entre los viñedos. Incluso los viñedos tienen siglos de antiguedad en este país! Se les ve en la madera gorda llena de formas que remiten a símbolos medievales. Jardines de uvas de castillos de piedra rodeados de pueblitos de juguete.
Todo perfecto, inmaculado, hermoso. Casi un poco intocable.
Pero no tan intocable que no se pueda disfrutar de un delicioso picnic con vista al lago.
Y los cisnes, tantti cisne! (las lenguas ya se acumulan como telarañas enjambrificadas en el cerebelo)













La ciudad de Lausanne es también bellísima. Todo antiguo. Asunto que la hace hermosa a la vista, pero bastante complicada para quienes quieren encontrar donde vivir. Sencillamente no hay alojamiento, pues es muy difícil construir. Y si lo hay es carísimo (como todo en Suiza) y hay que demostrar grandes hazañas del pasado para parecer más reluciente que las otras 50 personas que a él postulan.

Catedrales que esconden su naturaleza protestante tras vacas voladoras y ángeles desnudos. En cuyo interior el gran órgano canta obras psicodélicas.
Deliciosos mercadillos con zanahorias de colores y hongos de todo tipo.

Aprender lenguaje de señas para comprar frutillas y quesos. En los países francófonos me encuentro constantemente "desolé" pues apenas le parlo el francés. Aunque algo se comprende...










Como Sotito es ahora un jazzero y estiloso estudiante de Contrabajo. Como buena sombra me declaré de inmediato fan número 1 y lo seguí y documenté la variedad de conciertos y ensayos que fueron una absoluta delicia auditiva.
Se lleva mención especial el conglomerado de obras de graduación de los estudiantes de composición dentro de la Biblioteca. Ya era un edificio increíblemente hermoso, y los estudiantes se apoderaron de él con sonidos y performances alucinantes. Desde coros de mujeres apalomadas y hombres cavernosos, hasta presentaciones en power point y cazerolasos.

Todo esto ocurría en medio de la "Fete de la Musique". Por lo que Suiza fue definitivamente una experiencia musical!






                                             

                                 

                                 

                                 

                                 


Nuevamente tuve la suerte de estar en un hogar hermoso en casa de Alvarito, quien además me donó su pieza todo el tiempo. Grande Sotito!
Mañanas flojas y soleadas en el jardín selvático. Leyendo a Bolaño, "Estrella Distante".
Qué buenísimo que es! Y estuvo presente toda la semana. En la novela, en nuestras interminables conversaciones, en el video donde lo entrevista Warnken y declara que "después de todo, estamos todos escribiendo el mismo libro".

                              

También tuve la suerte de juntarme con Alex y Jan, la pareja más genial de Ginebra.
Compartimos poco pero hermoso tiempo en el Bain des Paquis y conocí su bello depa que queda justo entre dos calles del barrio rojo, donde siempre pasan cosas o el Ale sino se las imagina.
Ginebra también hermoso. Ordenadito. Ytambién con Fiesta de la Música.












Claro que Suiza es un país muy perfecto, posiblemente demasiado. Posiblemente por eso tantos deciden tirarse a las líneas del tren o desde el punte. Otros deciden luchar por los derechos de los refugiados o de abusos que ocurren en otros países.
Quizás crecer en Suiza viene acompañado de una lucha interna por encontrar algo en lo que uno aporte al medio (que parece fundionar perfecto sin aportes), o alguna forma de pagar por la culpa de estar en un espacio tan comodado.
Pero yo qué sé. Sólo estuve unos pocos días y ni siquiera hablo francés!

Como decía, para mi Suiza es un país soleado y lleno de música.
Gracias por todo querido mon amie!








3 comments:

  1. mi rey con mi reina..., están lindos los dos!!

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    1. Grande Rob! Un abrazote a la distancia, y pégate una escapada a la Lozanía! :)

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